lunes, 25 de marzo de 2024

el festival heb sed: juventud eterna para el faraón

 renacer para volver a vivir, tal es el más viejo anhelo de la humanidad. Solo los antiguos egipcios vistieron esta esperanza con una religión encaminada a una eterna pervivencia en el más allá. Porque para ellos la cuestión no estribaba en resucitar, sino en volver a nacer para iniciar una existencia nueva, aunque conservando el mismo cuerpo, nombre y personalidad.

Y no en un lugar nuevo idealizado por los teólogos, sino en una dimensión cuyos paisajes eran muy similares a los que contemplaron en el curso de su breve existencia terrenal.

Patio del Heb Sed en el complejo funerario del faraón Zoser en Saqqara.

Patio del Heb Sed en el complejo funerario del faraón Zoser en Saqqara.

Maveric 149 (CC BY-SA 3.0)

LUCHAR CONTRA LA MUERTE

No pudiendo ignorar la muerte, los egipcios buscaron la manera de burlar sus catastróficos efectos. Idearon un panteón de dioses, formas de la única divinidad Re, y lo más importante: se lo creyeron. Entre estos dioses, Osiris, señor de ultratumba y de los "occidentales", los muertos (pues es por occidente por donde muere el Sol cada día), era el juez supremo y anfitrión que juzgaba y recibía en los campos de Ialu a los fallecidos bienaventurados.

En su imaginario, la momia era la crisálida de la que surgiría, tras un nuevo parto, el ser renacido. Para renacer era necesario, pues, pasar por el inevitable, aunque temporal, estadio de la muerte.

El faraón Khasekhem vestido con la mortaja ritual durante su Heb Sed. Descubierta en el templo de Horus de Hieracómpolis.

El faraón Khasekhem vestido con la mortaja ritual durante su Heb Sed. Descubierta en el templo de Horus de Hieracómpolis.

Cordon Press

Este era un espantoso trance que ni el mismo faraón, Hijo de Re, podía eludir. Pero no solo la incertidumbre de la muerte pendía sobre el garante único de la buena marcha del Doble País, el rey de Egipto y generalísimo de sus ejércitos. También la inevitable vejez con sus achaques podía debilitar su energía, con grave riesgo para la nación bajo su control. Había que buscar remedio a tal inconveniente, y así nació la fiesta Heb Sed.

La inevitable vejez con sus achaques podía debilitar la energía del faraón, con grave riesgo para la nación bajo su control. Había que buscar remedio a tal inconveniente.

Etiqueta de marfil en la que se ha representado la carrera ritual del rey Den. Procede de su tumba en Abydos. Museo Británico, Londres.

Etiqueta de marfil en la que se ha representado la carrera ritual del rey Den. Procede de su tumba en Abydos. Museo Británico, Londres.

CC BY-SA 3.0

El origen de esta fiesta se pierde en la noche de los tiempos, ya que las primeras manifestaciones documentadas se remontan a los tiempos predinásticos. De hecho, desconocemos su origen. Y no solo eso, sino que carecemos de un solo testimonio que nos relate la totalidad de tan importante festival, aunque conocemos el fondo de su significado y sus partes principales; todo lo que sabemos al respecto (y que es muy poco) procede de relieves en los que se representa el Heb Sed.

EL RITUAL PARA REJUVENECER AL FARAÓN

Al principio, la fiesta Sed se celebraba a los treinta años de reinado, repitiéndose cada década, pero esta regla no fue siempre respetada, ya que nos consta que cada vez se acortó más el tiempo que mediaba entre las sucesivas celebraciones. La finalidad del evento (erróneamente llamada del "jubileo", pues no se conmemoraba un "aniversario" del reinado, sino un "recomenzar" del mismo) era la renovación de la energía vital del rey.

La fiesta, que duraba unos cinco días, empezaba el primer día de la estación de la siembra. Los distintos ritos dramatizados que se celebraban durante la misma tenían carácter doble, pues el faraón protagonizaba cada uno de ellos como rey del Bajo y Alto Egipto por separado. Únicamente en una tablilla del rey Den, de la dinastía I, el faraón aparece tocado con la doble corona. 

La fiesta, que duraba unos cinco días, empezaba el primer día de la estación de la siembra.

La reina Hatshepsut acompañada del toro Apis durante la celebración de su carrera ritual en el Heb Sed. Capilla Roja, Karnak.

La reina Hatshepsut acompañada del toro Apis durante la celebración de su carrera ritual en el Heb Sed. Capilla Roja, Karnak.

iStock

El propio signo jeroglífico de la fiesta evoca el doble trono ocupado alternativamente por el monarca. Para celebrar los ritos era preciso preparar un patio abierto, en un templo ya existente o en uno de nueva construcción consagrado durante el festival Sed, y dos salas. Una de estas salas, la "sala de los Grandes", acogía los santuarios, hechos de junco evocando los modelos arcaicos, donde se alojaban las estatuas de los principales dioses provinciales. La otra sala era "el Palacio", donde el rey se cambiaba de ropa e insignias y descansaba.

En el templo funerario del faraón Ramsés III se ha conservado parte de este palacio, mientras que en el recinto de Zoser, en Saqqara, podemos vivir el ambiente del patio gracias a la réplica que Imhotep (el arquitecto del soberano) hizo en piedra de los antiguos pabellones de juncos, transformando una arquitectura efímera en otra para la eternidad.

Como se ve, el apego de los egipcios a las antiguas tradiciones se magnificaba en la fiesta Sed. Incluso durante el Reino Nuevo (entre 1552 y 1069 a.C.) se respetó el carácter primitivo de aquella primera arquitectura religiosa. Las columnas del Akh Menu (la gran sala destinada a la celebración de los festivales Sed) que Tutmosis III ordenó levantar en Karnak son del estilo de las que se contruían antiguamente para esta fiesta. Y no solo eso: los sacerdotes y dignatarios actores del drama empleaban una fraseología y ostentaban unos cargos totalmente en desuso y casi olvidados.

Esta unión del rey con los dioses, con los hombres y con los campos de Egipto, ya que todo ello tenía lugar durante el festival (que tiene paralelismos con los ritos de la coronación real) fue grabada con profusión en capillas y templos. Se iniciaba con una solemne procesión, en la que participa el rey, colocando ofrendas ante las capillas de los dioses provinciales.

EL REY, PROPIETARIO DEL PAÍS

Posteriormente tenía lugar el acto del que restan más testimonios: la carrera ritual. En ella vemos al monarca, vestido con un corto faldellín, corriendo alrededor de unos mojones situados en el patio. En su mano lleva un pequeño cilindro, el imyt o "documento de la casa", una especie de escritura, o testamento, que le acredita como amo y señor de Egipto. Porque ese patio acotado evoca el país que el rey recorre, tomando posesión del mismo como heredero legítimo de sus predecesores.

En esta ceremonia, un estandarte del dios chacal Upuaut (el que abre los caminos) siempre acompaña al faraón. Este antiquísimo dios está relacionado con las legendarias "almas de Nekhen", ciudad del Alto Egipto y, probablemente con el nombre de la propia fiesta Sed, cuyo significado sigue siendo enigmático.

En uno de los actos finales, junto a las capillas de Horus y Seth, el sacerdote sem (que se ocupaba de los rituales funerarios) entrega al rey un arco y cuatro flechas que este lanza a los cuatro puntos cardinales. Nuevamente, el faraón es entronizado mirando hacia esas cuatro direcciones. El real arquero manifiesta así su dominio y protección sobre los confines del país. 

El sacerdote sem (que se ocupaba de los rituales funerarios) entrega al rey un arco y cuatro flechas que este lanza a los cuatro puntos cardinales.

Relieve que muestra a un faraón vestido con la mortaja de Osiris durante la celebración de su Heb Sed. Museo Petrie, Londres.

Relieve que muestra a un faraón vestido con la mortaja de Osiris durante la celebración de su Heb Sed. Museo Petrie, Londres.

Neuroforever (CC BY-SA 4.0)

El hecho de que en ciertos actos el monarca, sentado en su trono y tocado con una de las dos coronas, vista un ceñido vestido evocador de la mortaja de Osiris, al que por cierto no se nombre en el festival, da pie a una interesante hipótesis. Se puede pensar que el rey asiste a su propio funeral, ya que solo así, tras una muerte ficticia, será posible su renacimiento, un rejuvenecimiento en este caso, de las energías perdidas. Ello tiene su versión tardía en el mito del ave Fénix, actualización griega del ave Bennu egipcia. Cansada y marchita, el avé Fénix se autoincineró para resurgir de sus cenizas renovada, más blanca y más bella que antaño.

El lanzamiento de las cuatro flechas tiene su símil en un rito destinado a la protección de Osiris de las acechanzas de Seth. La lanzadora es aquí la diosa Neith, tal como aparece en un dintel del templo de Taharka junto al lago sagrado de Karnak. Y no solo allí. En Oxirrinco, la misión arqueológica española que allí excava descubrió un osireion, un santuario subterráneo de Osiris en el que han aparecido unos pequeños conos de limo con la figura de la "arquera" Neith, sin duda relacionados con la protección osiríaca.

Poco a poco, la arqueología nos va desvelando antiguos misterios. Cabe esperar que algún día nuevas aportaciones nos aclaren las lagunas existentes en torno al festival Sed. Un festival lejanísimo en el tiempo, pero de cuyo sustrato espiritual muy probablemente todos participamos: la aspiración a la eterna juventud. Aunque, eso sí, sabiendo lo que sabemos. Si no ya no tiene tanta gracia...

Los obispos alemanes prometen desarrollar su sinodalidad dentro del derecho canónico

 Los obispos alemanes han prometido desarrollar formas «concretas de sinodalidad» en la iglesia de su país que sean acordes a las exigencias del derecho canónico y puedan ser aprobados por la Santa Sede a la salida de la reunión que han mantenido con representantes de la Curia Romana.

«Los obispos alemanes han prometido que este trabajo servirá para desarrollar formas concretas de sinodalidad en la Iglesia en Alemania que estén de acuerdo con la eclesiología del Concilio Vaticano II, las exigencias del derecho canónico y los resultados del Sínodo Mundial, y que posteriormente se someterán a la aprobación de la Santa Sede», han afirmado en un comunicado conjunto desde la Conferencia Episcopal de Alemania y desde la oficina de prensa de la Santa Sede.

La cita se ha producido después de que el Vaticano echara el freno a la propuesta del camino sinodal alemán de establecer un comité independiente, compuesto por obispos y laicos, que en la práctica sería como un órgano de decisión paralelo al de la jerarquía episcopal en el seno de la Iglesia alemana.

Reuniones

El pasado mes de febrero, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Manuel Fernández, y el jefe de la Oficina Episcopal, Robert Prevost, advirtieron por carta al episcopado alemán de que la constitución de un órgano de decisión paralelo al de la jerarquía episcopal de ese país no estaba previsto por el derecho canónico vigente y, por tanto, una resolución de la Conferencia Episcopal Alemana en este sentido sería invalidada y conllevaría consecuencias jurídicas.

Según el comunicado, el encuentro entre la jerarquía episcopal alemana y los representantes del Vaticano -entre los que estaban los cardenales Victor Fernandéz, Kurt Koch, Pietro Parolin, Robert F. Prevost OSA y Arthur Roche- ha cimentado el camino para «continuar el diálogo iniciado durante la visita ad limina de los obispos alemanes en noviembre de 2022». El segundo encuentro se produjo el 26 de julio de 2023.

«La reunión de hoy, que ha durado todo el día, se ha caracterizado por un ambiente positivo y constructivo. Se debatieron algunas de las cuestiones teológicas abiertas planteadas en los documentos del Camino Sinodal de la Iglesia Católica en Alemania. Al igual que en el informe de síntesis del Sínodo Mundial de octubre de 2023, se identificaron diferencias y puntos de acuerdo», han especificado en la nota de prensa.

Del mismo modo se ha acordado mantener «un intercambio regular» y se ha fijado el próximo encuentro para antes de las vacaciones de verano de 2024.

¿Por qué el Estado Islámico habría atacado a Rusia y qué significa para la amenaza terrorista global?

 Parece casi seguro que el brutal ataque a una multitud rusa que se disponía a ver un concierto de rock en Moscú el viernes por la noche fue un atentado terrorista islamista. 

Al menos 133 personas murieron y decenas más resultaron heridas después de que hombres armados con armas automáticas irrumpieran en el Crocus City Hall de Moscú y abrieran fuego, provocando una estampida.

El Estado Islámico reivindicó la autoría del atentado, inicialmente a través de su canal de comunicación Amaq y después directamente. El modus operandi del atentado coincide también con anteriores ataques del Estado Islámico. 

Se ha informado ampliamente de que el atentado fue obra de Estado Islámico Jorasán (ISIS-K), una rama establecida en 2015 en Afganistán. 

Entonces, ¿quién es este grupo, por qué atacaría a Rusia y qué significa esto para la amenaza terrorista global?

¿Qué es el ISIS-K?

ISIS-K es la rama del Estado Islámico que con más constancia y energía ha intentado atentados terroristas en toda Europa, incluso en Rusia. El ISIS-K ha planeado unos 21 atentados en nueve países en el último año, frente a los ocho del año anterior. 

El ISIS-K estuvo sometido a una enorme presión por parte de las fuerzas especiales afganas y las tropas estadounidenses antes de la retirada total de Estados Unidos de Afganistán en 2021. Aunque esa presión ha continuado bajo el régimen talibán, ISIS-K ha crecido en fuerza en los últimos años, con varios miles de combatientes que ahora operan en casi cada una de las 34 provincias de Afganistán. 

Si el ISIS-K es realmente responsable del atentado de Moscú, debemos prepararnos para nuevos intentos de atentado, no sólo en Rusia, sino en toda Europa.

Las autoridades europeas han detenido a agentes del ISIS-K en múltiples ocasiones. Tras años de advertencias de que el Estado Islámico estaba reconstruyendo la capacidad y la determinación para reanudar una campaña terrorista internacional, el atentado del viernes demuestra que la amenaza es inmediata y sustancial.

A principios de este mes, los EE.UU., junto con otras cinco naciones, compartieron informaciones de inteligencia sobre ISIS-K planeando ataques en Moscú. Sin embargo, el presidente Vladimir Putin y el Kremlin rechazaron estas advertencias la semana pasada, por considerar que formaban parte de un intento de desacreditar a Rusia. 

El atentado se produce en el peor momento posible para el despótico dirigente ruso, tras su exitosa “campaña electoral” para reclamar un mandato de seis años más en el poder. 

Quizá por ello, el discurso televisado de Putin del sábado, de cinco minutos de duración, en el que culpó a Ucrania, llegó tan tarde.

Aún no sabemos si el Kremlin seguirá culpando a Ucrania u Occidente del atentado o si pasará a aceptar que el responsable fue el Estado Islámico. 

En cualquier caso, es probable que responda con una ola de violencia, tomando medidas enérgicas contra las comunidades minoritarias musulmanas de Rusia en la región del Cáucaso Norte y más allá.

¿Por qué atacarían a Rusia?

Tanto el Estado Islámico en general como el ISIS-K en particular llevan mucho tiempo proclamando su intención de atacar Rusia. 

Han citado la ocupación militar de Afganistán por parte de Rusia en la década de 1980 y su largo historial de represión de las comunidades musulmanas en Rusia, especialmente en el Cáucaso Norte. También han citado el papel de Rusia como salvavidas del brutal régimen de Bashar al-Assad en Siria.

Pero también es probable que fueran la oportunidad y la disponibilidad de personal lo que llevó al grupo a seleccionar un objetivo blando en Moscú. 

Militares rusos aseguran una zona de una sala de música.

















Militares rusos de la Guardia Nacional aseguran una zona de Crocus, en el extremo occidental de Moscú, Rusia, después de que fuera atacado por hombres armados. Alexander Avilov/Moscow News Agency via AP

El Estado Islámico llevó a cabo múltiples atentados en Rusia entre 2016 y 2019, mientras que varios complots más fueron desbaratados entre 2021 y 2023. 

Muchos de los militantes del ISIS-K detenidos en toda Europa, incluida Rusia, en los últimos dos años han sido ciudadanos rusos y personas procedentes de Asia Central con vínculos con Rusia.

Las detenciones más recientes se produjeron este mes, cuando las autoridades rusas afirmaron haber impedido un atentado planeado contra una sinagoga en Moscú.

Y el mes pasado, un ciudadano ruso acusado de tener vínculos con el Estado Islámico fue detenido en Polonia, mientras que otro fue detenido trabajando en una instalación nuclear en construcción en Turquía. 

En los últimos años, la inmensa mayoría de los atentadosperpetrados con éxito por el ISIS-K han tenido lugar en Afganistán, y muchos de ellos se han dirigido contra la comunidad Hazara, musulmana chiíta minoritaria. 

Por ejemplo, el grupo lanzó un atentado suicida masivo frente al aeropuerto de Kabul en agosto de 2021, en medio de la caótica evacuación de Kabul, que se saldó con la muerte de unos 170 civiles y 13 militares estadounidenses. 

El ISIS-K también perpetró un atentado contra la embajada rusaen Kabul en septiembre de 2022, en el que murieron al menos seis personas.

En enero de este año, ISIS-K lanzó un atentado suicida masivo en Kerman, Irán, matando a casi 100 personas en una ceremonia para conmemorar el cuarto aniversario del asesinato del general Qassem Soleimani. 

Ataúdes en una ceremonia fúnebre por las víctimas de un atentado terrorista en Irán.

















Una ceremonia fúnebre por las víctimas del atentado terrorista perpetrado en Irán a principios de este año. Iranian presidency handout/EPA

¿Qué le espera a Putin y a la amenaza terrorista en general?

Los atentados terroristas, incluidos los perpetrados en regímenes brutales como Irán o Rusia, son trágicos ataques contra personas corrientes que no tienen la culpa de las políticas de los gobiernos bajo los que se ven obligados a vivir.

Cuando son atacados, los regímenes autoritarios tienden a responder con represalias brutales que probablemente conduzcan a ciclos de violencia, con menos moderación y responsabilidad que en el caso típico de las operaciones antiterroristas en sociedades abiertas. 

El atentado del viernes por la noche en Moscú fue una pesadilla, pero lamentablemente es probable que el horror sea sólo el principio.

Independientemente de la respuesta que decidan dar Putin y el Kremlin, el atentado nos recuerda que la amenaza terrorista que suponen grupos como el Estado Islámico y Al Qaeda está aumentando de nuevo. Tras cinco años operando principalmente en Asia occidental, Oriente Próximo y África, estos grupos suponen ahora una amenaza renovada para Occidente.

El continuo crecimiento tanto de ISIS-K como de al-Qaeda bajo el gobierno talibán en Afganistán debería preocuparnos mucho más de lo que hemos estado reconociendo.

El atentado del viernes es un claro recordatorio de que no debemos mirar hacia otro lado y seguir lavándonos las manos ante cualquier intento de mejorar las cosas en Afganistán. No hay respuestas fáciles, pero dar la espalda y no hacer nada sólo empeorará la situación.